PEÑA NEGRA / HERNA 2/5: Urbanismo en una ciudad del I milenio a.C.

Restos de muralla de Peña Negra
Alfredo González Prats nos muestra en sus trabajos como los pobladores autóctonos de la sierra de Crevillente de finales de la Edad del Bronce pasaron entre los siglos IX y VI a.C. a constituirse en una sociedad fuertemente jerarquizada que habitaba en una ciudad perfectamente organizada y que era un centro económico y metalúrgico de primer orden que exportaba buena parte de su producción. En este cambio tuvo una importancia clave la influencia de grupos de comerciantes y artesanos fenicios. Es más, seguramente la ciudad de Herna tuvo un barrio habitado por estos comerciantes fenicios, probablemente llegados desde la ciudad fenicia de La Fonteta, en Guardamar. La Fonteta se encuentra en la pinada de Guardamar, muy cerca de la desembocadura del río Segura.
Estos habitantes fenicios participaron activamente en la expansión económica de la ciudad. Una prueba fundamental de la presencia de los fenicios en la ciudad es una cerámica de tipología local en la cual aparece un grafito fenicio. Es decir, los fenicios fabricaban cerámica en la misma ciudad de Herna.
Como es sabido, las influencias orientales, tanto de fenicios, como después de los griegos, fueron fundamentales en la conformación de la cultura íbera. Herna es un ejemplo paradigmático de estas influencias que ayudaron a crear el pueblo íbero, pueblo que nos dio joyas del arte y de la Historia tan singulares como la Dama de Elche.
Uno de los paneles informativos de Peña Negra con la reconstrucción virtual de una vivienda
Esa transición desde la Edad del Bronce hasta tiempos ibéricos se documenta perfectamente en la tipología de las viviendas. Así, González Prats, en las diferentes campañas de excavaciones efectuadas, distingue varios tipos de construcciones que se van sucediendo en el tiempo. Las más antiguas, típicas de la Edad del Bronce, son habitáculos con materiales endebles y perecederos, simples chozas circulares de las que han quedado como restos los llamados fondos de cabaña. Estas cabañas fueron sustituidas posteriormente por otras viviendas de planta circular también pero con zócalo de piedra o de adobe. Un tercer tipo de viviendas, ya en el Bronce final, son aquellas también con zócalo de piedra pero ahora de tendencia cuadrangular pero cuyas esquinas todavía son redondeadas. Por último, en la fase orientalizante, entre los siglos IX y VI a.C., las viviendas tienen estancias rectangulares con zócalos de piedra sobre los que se levantaban los muros de adobe. Y no sólo eso. Se efectuaron importantes obras de aterrazamiento para nivelar el terreno y disponer más cómodamente las viviendas sobre el terreno, lo que supone un urbanismo que a su vez hace pensar en jerarquías que organizaban el trabajo y aprovechaban los excedentes producidos por el gran desarrollo económico de la ciudad.
Aterrazamientos en Herna / Peña Negra
Todavía se conservan muchos de estos aterrazamientos que caen por la ladera del cerro de Peña Negra. En algunos lugares son sustentados por muros que superan los tres metros de altura.

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